XI Smart Business Meeting: expertos del sector analizan los retos y el futuro de la industria farmacéutica y el papel que ha jugado en la crisis sanitaria

 26 octubre, 2020
Escrito por Antonio Núñez

Artículo de ‘Bussines Insider escrito el 26 de octubre de 2020.

La crisis sanitaria del COVID-19 ha desatado una carrera científica para desarrollar tratamientos y vacunas a tiempo para detener la propagación de la enfermedad y controlar la pandemia.

Las biotecnológicas y farmacéuticas han resultado clave en este aspecto, aportando su músculo financiero e infraestructura a investigaciones universitarias (como es el caso de AstraZeneca con la Universidad de Oxford) y estableciendo alianzas internacionales (como es el caso de Pfizer con BioNTech).

Por otro lado, la necesidad de acelerar la investigación y de escalar la producción para satisfacer la demanda global de tratamientos y vacunas contra el coronavirus ha establecido un diálogo sin precedentes entre la industria farmacéutica, los organismos reguladores y los Gobiernos para aumentar la financiación pública y flexibilizar los procesos de aprobación.

El desarrollo de una vacuna ha copado los titulares, cuestionando la capacidad de las farmacéuticas de cumplir con unos plazos que serían históricos y de conseguir desarrollar un candidato realmente efectivo y sin efectos secundarios adversos para la mayoría de la población.

Por otro lado, aunque podría parecer que la industria farmacéutica se ha visto beneficiada por la crisis, lo cierto es que las inversiones que están realizando para detener el COVID-19 son de riesgo, ya que podrían no llegar a producir un tratamiento una vacuna comercializable.

Además, la realidad es que las compañías han tenido que pelear para adaptar sus protocolos a la nueva situación, intentar garantizar el suministro en un contexto de cierre de fronteras y con las redes logísticas bajo presión y muchas han visto cómo los ensayos clínicos que las compañías tenían en marcha para aumentar su cartera de medicamentos se han visto paralizados por la pandemia, por lo que no todas esperan salir ganando a largo plazo.

En medio de este debate también se encuentra la legitimidad de la industria farmacéutica para hacer caja con los tratamientos que desarrolle contra el coronavirus, el desafío reputacional al que se enfrentan y su capacidad para hacer frente a los retos sanitarios a los que se enfrentará la sociedad más allá del coronavirus en el futuro.

En este escenario, Business Insider España ha celebrado su XI Smart Business Meeting con el patrocinio de Havas Media Group y el agregador de noticias Upday, y la colaboración de Talent Garden Madrid.

Bajo el título Los retos de la industria farmacéutica, un sector clave en la crisis sanitaria, Manuel del Campo, consejero delegado de Axel Springer España, ha moderado una mesa redonda que cuenta con la colaboración de Antonio Núñez Martín, senior partner de Parangon Partners que ha reunido a los siguientes invitados.

  • Juan Carlos Santé, CEO de Pharmex.
  • Enrique Ordieres, presidente de Cinfa.
  • Miguel Fernández, director general de Merck en España.
  • Inés Juste, presidente de Grupo Juste.
  • Sergio Rodríguez, director general de Pfizer España.

Las compañías se están viendo afectadas por la prioridad del COVID-19

«Está sufriendo bastante aunque parezca que la industria se esté beneficiando», insiste Santé. La línea de negocio principal de Pharmex está centrada en el desarrollo, la fabricación y la comercialización de medicamentos de prescripción, OTC, productos de autocuidado y productos sanitarios

«A excepción de los relacionados con el covid, el mercado del consumer healthcare ha decrecido», reflexiona Santé.

El CEO reconoce que ha aumentado la demanda en torno a todo lo que implique medidas de prevención, pero que esto «está afectando a otras compañías más centradas en áreas de food suplement o cosmética».

Por otro lado, la crisis sanitaria está también dificultando las comercializaciones internacionales de las compañías. «Nos están impidiendo en algunos casos obtener registros para poder comercializar cosas que no sean COVID-19», señala Santé.

«El principal impacto está en la gestión de la caja», concluye el CEO, que destaca que la crisis está provocando demoras en los pagos y en los cobros que ponen presión sobre el cashflow de las compañías.

La vacuna que llegue al mercado será una «solución eficaz, segura y que aporte valor a la sociedad»

«Lo que se ha incrementado de manera exponencial es la colaboración», ha asegurado, señalando que se ha compartido información entre compañías para poder desarrollar con más velocidad una vacuna o un antiviral.

De cara al futuro, Rodríguez confía en que los diferentes cambios que están teniendo lugar en la industria «van a hacer que mejoremos y seamos más eficientes en el desarrollo de fármacos».

En un contexto en el que cada vez más gente se muestra reacia a vacunarse contra el coronavirus, el CEO de Pfizer asegura que las vacunas que lleguen al mercado serán completamente seguras a pesar de que los plazos de desarrollo y aprobación se hayan acortado de forma exponencial.

«Se está acelerando porque es una necesidad mundial, pero no se está dejando de cumplir ninguno de los requisitos de rigor científico», ha asegurado. Rodríguez ha añadido que también se ha incorporado tecnología al proceso de desarrollo de la vacuna que está acelerando el descubrimiento.

La vacuna que llegue será una «solución eficaz, segura y que aporte valor a la sociedad», ha concluido, insistiendo en que «no se está mermando la calidad de la investigación».

En cuanto a la propia vacuna que está desarrollando Pfizer en colaboración con BioNTech, el CEO no ha querido adelantar una fecha, pero ha asegurado que «los ensayos y las fases de ensayos clínicos que estamos desarrollando de momento son positivos».

Con los nuevos requisitos que ha aprobado la FDA, Rodríguez cree que es posible que la compañía pueda presentar resultados de la fase 3 (para la que ya han reclutado a cerca de 40.000 personas) entre noviembre y diciembre.

Garantizar el suministro a los pacientes habituales ha sido un reto y lo será también garantizar la distribución de una vacuna

Para Miguel Fernández, el principal reto que tuvo que afrontar Merck cuando el mundo entero se confinó fue el de garantizar que los medicamentos que necesitaban los «85 millones de pacientes a los que servimos diariamente llegaran a sus manos de manera diaria».

«El cierre de fronteras que nos ha llevado al límite», reconoce Fernández. «El suministro de medicamentos es algo que nadie se para a pensar», lamenta el CEO de Merck.

Fernández recuerda que las medidas de higiene que han tenido que implementar se han visto alterados todos los protocolos de fabricación y gestión de turnos de sus más de 1.200 empleados, lo que no ha hecho más que dificultar la tarea de la compañía de garantizar los suministros.

Fernández también cree que la fabricación y la distribución de la vacuna van a ser un reto para conseguir que llegue a toda la población.

«Es difícil que las vacunas lleguen en condiciones óptimas», explica el CEO de Merck, haciendo referencia al sistema de refrigerado en el que tienen que permanecer las dosis.

«En España y en general en países avanzados tenemos redes logísticas potentes para garantizar la cadena del frío», ha asegurado Fernández, que hace un llamamiento a la colaboración en el sector para asegurarse de que los países del Tercer Mundo puedan acceder a las vacunas.

«La producción va a ser un reto mayúsculo: nunca antes de la historia de la humanidad hemos necesitado 15 billones», ha reflexionado también el CEO.

Por su parte, Merck tiene una colaboración con más de 50 compañías para acelerar el proceso y junto con el Instituto Jenner y la Universidad de Oxford han alcanzado un acuerdo para acortar uno de los procesos claves en la fabricación de 12 meses a tan solo 2 meses.

La industria lamenta que en el debate sobre los precios de los medicamentos no se tenga en cuenta el valor que aportan

«No me gusta hablar de gasto en salud, sino de inversión en salud», ha asegurado Enrique Ordieres, presidente de Cinfa, hablando sobre el debate que suscita siempre el precio de los medicamentos.

En esta crisis sanitaria varias compañías se han comprometido a no obtener beneficios de los tratamientos que comercialicen, otras buscarán lo que han denominado un «margen ético» y algunas contemplan la posibilidad de comercializar los productos a un precio mientras dure la pandemia y luego reajustarlo.

En cualquier caso, Ordieres lamenta que «siempre se hable del precio y nunca del valor que aportan» los medicamentos y recuerda que «el precio medio de nuestros genéricos es de 3,3 euros».

Por supuesto, el presidente de Cinfa cree que hay que garantizar la accesibilidad de los fármacos a todos lo que lo necesiten y señala algunas iniciativas que se han llevado a cabo en España para lograrlo, como el acuerdo entre el Gobierno y Farmaindustria.

Sin embargo, Ordieres subraya que las inversiones que se realizan para desarrollar y comercializar un fármaco «son grandísimas y llevan muchos años para rentabilizarlas».

La crisis sanitaria ha puesto sobre la mesa el debate sobre la dependencia de otros países

Otro de los debates que ha despertado esta crisis sanitaria es la dependencia de España de algunos mercados para la obtención de principios activos o la fabricación de vacunas.

«Es un momento idóneo para tener esta conversación», ha señalado Inés Juste, presidenta de Grupo Juste.

Para la presidenta sería esencial atacar el problema de la deslocalización de los principios activos, que ahora mismo llegan a España principalmente desde el mercado asiático.

De hecho, en torno al 80% de los principios activos de fármacos usados en Europa y Estados Unidos se producen en China y la India.

«¿Qué modelo sanitario queremos?», reflexiona la presidenta del Grupo Juste, que asegura que es primordial que España recupere capacidad de producción nacional de medicamentos esenciales.

Juste asegura que eso repercutirá en toda la economía del país porque fomentará «una mayor inversión, una mayor investigación y por tanto empleos de mayor calidad que fortalecerán muchísimo el país».

El futuro de la industria pasa por controlar el big data y dar solución a los grandes desafíos que nos aguardan

Mirando al futuro, todos los expertos han coincidido en señalar que la aplicación de las tecnologías de inteligencia artificial y big data serán claves para garantizar la supervivencia de la industria.

«La nueva tecnología se está aplicando para introducir cambios en el desarrollo de los medicamentos», ha asegurado Rodríguez, pero también para «tomar mejores decisiones, tener más información y mejorar el cuidado del paciente».

«El sistema no va a ser más sostenible bajando precios», ha advertido el CEO de Pfizer. «Eso pasa por una mejor gestión de los datos que tenemos, eso pasa por la gestión del big data», ha añadido.

Miguel Fernández ha coincidido con la valoración y ha puesto el acento en la gestión masiva de los datos. «Si no es big, no vale de nada», ha asegurado, subrayando que es necesario compartir datos entre comunidades autónomas, hospitales y compañías».

El CEO de Pfizer ha incidido en la necesidad de unidad dentro de la Unión Europea: «No podemos estar trabajando de manera desmembrada en Europa».

«Un punto a considerar es cómo tratamos los datos y si somos capaces de gestionarlo», ha reflexionado también Juste.

«La innovación hay que llevarla a la práctica», ha insistido Ordieres, que ha advertido que esto suele estar acompañado de muchos casos de fracaso, algo que en España no se suelen tolerar bien.

En cuanto a los principales desafíos de salud a los que se enfrentará la sociedad española todos los expertos han coincidido en señalar que vendrán derivados del envejecimiento de la población y las bajas cifras de natalidad.

«Tenemos que ayudar a que las familias sean más numerosas», asegura Miguel Fernández, que reivindica que su compañía es líder en reproducción asistida.

Por otro lado, Juan Carlos Santé ha recordado los retos que derivarán de la longevidad: «En el año 2050 habrá más de 10.000 personas de más de 100 años a las que van a tener que cuidar sus hijos que tendrán en torno a 70».

«¿Estamos haciendo frente a esto?», ha reflexionado Santé, que también ha apuntado hacia el aumento creciente de la obesidad infantil y sus complicaciones derivadas en la vida adulta.

«Es nuestra responsabilidad entrar a trabajar ahí como industria farmacéutica», ha concluido.

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