El cambio impulsado por el coronavirus que las empresas ya no pueden ignorar más
Artículo de «El Confidencial» escrito el 12 de enero de 2022.
La sostenibilidad en las empresas ha llegado para quedarse. Por la creciente sensibilidad de la sociedad hacia estos temas y, también, por las propias exigencias de reguladores e inversores. La ruta para los próximos años es alcanzar una actividad productiva más sostenible, y la pandemia se ha convertido en catalizador para este proceso y su ritmo de transformación. Así lo refleja el informe “Claves de sostenibilidad para la alta dirección” elaborado por Antonio Núñez Martín, senior partner de Parangon Partners y Carlos Corominas, director de Contenidos en Opinno, al que ha tenido acceso El Confidencial. En él se pregunta a 2430 altos cargos de los principales sectores y tipos de empresa cómo están integrando la sostenibilidad en su gestión diaria.
¿El primer paso? Saber identificar y medir cuán sostenible es una inversión o actividad empresarial. Para ello, se emplean los criterios ESG, que no solo miden factores medioambientales, sino también los sociales y de gobernanza. Los ESG están estrechamente interconectados y traspasan la tradicional Responsabilidad Social Corporativa. Como apuntan Núñez y Corominas en el informe, responden a “cómo las empresas hacen frente a los retos del presente y del futuro”. Y la coyuntura actual los convierte en esenciales: ya no se pueden disociar de la actividad habitual de las empresas. Hay que integrarlos en los planes estratégicos.
Ocurre lo mismo en el plano de la inversión. Las tendencias impulsan el interés de los inversores hacia carteras que tengan en cuenta los criterios ESG, e integrarlos incluso aumenta el desempeño económico de las firmas. Lo evidencia un reciente informe de Macquaire Asset Management, ESG Survey Report, en el que el 74% de los inversionistas encuestados señalaron que estos factores mejoran el retorno de inversión.
Las principales motivaciones para promover estas acciones e inversiones son las de mejorar la imagen de marca y cumplir con las exigencias externas. Hasta Larry Fink, el CEO de BlackRock, ha puesto el foco en sus cartas anuales a los CEO en cómo el cambio climático supone un factor de riesgo para la inversión. Y los fondos europeos de recuperación se han condicionado a aspectos de transición ecológica, sostenibilidad social y digitalización, lo que ha incrementado su relevancia en el seno de las empresas.
Las españolas van por el buen camino. Preguntados por la presencia de los asuntos de sostenibilidad en sus agendas, cerca del 95% de los CEO encuestados para el dossier afirmaron que los criterios ESG tienen relevancia en su actividad habitual. Más de cuatro de cada diez contaba con un departamento específico para las tareas de sostenibilidad, y cerca del 70% destinaba una parte de su presupuesto a este ámbito.
Sin embargo, la dimensión de la sostenibilidad que ha vivido un mayor repunte a partir de la llegada del coronavirus ha sido la social, la ‘S’ de los ESG, que en los próximos años aumentará su relevancia por delante del pilar de gobernanza (‘G’). Mientras, la ‘E’ de medioambiente mantendrá su preponderancia. El incremento se debe a la “urgencia de priorizar a las personas y a su bienestar en la toma de decisiones estratégicas”, según señalan los especialistas en liderazgo y sostenibilidad en el informe.
¿Uno de los principales obstáculos? Que los inversores “prioricen la rentabilidad económica frente al mejor desempeño en sostenibilidad”
2022 va a ser el inicio de la era del empresario y el inversor socialmente consciente. Educación, igualdad de género, inclusión, alimentación sostenible, salud y capital humano marcarán las inversiones sostenibles en el medio plazo, de acuerdo a “La dimensión social de la inversión sostenible”, un estudio de la asociación Spainsif.
La conclusión es similar para los altos directivos españoles sondeados, quienes señalaron la equidad salarial entre hombres y mujeres como el principio ESG más relevante para las empresas, seguido de la formación de los profesionales en nuevas habilidades. No obstante, las referencias medioambientales no llegan hasta la cuarta posición, con el control y reciclado de la generación de residuos como el factor más valorado por casi la mitad de los CEO.
Pese a que el camino ya está marcado, aún quedan aspectos en los que seguir trabajando. ¿El principal? La falta de recursos o el tiempo del equipo para impulsar dinámicas de sostenibilidad, tal y como subrayaron cuatro de cada diez CEO. Aunque también ha supuesto un obstáculo “no observar los efectos tangibles de las inversiones en sostenibilidad a corto plazo”, o que los inversores “prioricen la rentabilidad económica frente al mejor desempeño en sostenibilidad”. Aspectos que deberán evaluarse en los próximos años para corroborar si las compañías españolas están siguiendo o no el rumbo adecuado.
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