Nadal: Humildad, confianza y tesón, claves para resurgir de las cenizas
Artículo publicado en el Diario «Expansión» el 3 de Mayo de 2017
LIDERAZGO | La victoria de Rafa Nadal demuestra que es posible recuperar la motivación.
Fue Heródoto, historiador griego del siglo V a.C., quien introdujo en la tradición clásica el mito egipcio de Bennu, un ave sagrada que cada 500 años llevaba el cadáver de su padre a las puertas del Templo del Sol. Representaba la creación y la resurrección. Con el paso de los siglos, la leyenda pasó a conocerse como el ave Fénix, bendecido con el poder de renacer de las propias cenizas por el ángel que expulsó a Adán y Eva del Paraíso. En la actualidad el mito del pájaro de fuego se reproduce en los ámbitos más diversos, desde una empresa al borde de la quiebra que se reinventa y arrasa en el mercado, hasta un tenista al que casi todos daban por amortizado y que triunfa con una fuerza arrolladora en la tierra batida de Roland Garros.
¿Está Rafa Nadal en su peor momento? o ¿Qué le pasa a Rafa Nadal? eran titulares que podían leerse hace apenas medio año. Su lesión en la muñeca se añadía a un cuestionado estado anímico, algo que ya le había sucedido en 2015. Volvía a especularse sobre su retirada. Pero las respuestas llegaron de la manera más rotunda el domingo con la victoria aplastante del mallorquín sobre Stan Wawrinka. Nadal alzó su décima copa de Roland Garros y sus cenizas se difuminaron en el aire parisino.
“El de Nadal es un caso claro en que la actitud supera la aptitud, siendo ésta ya extraordinaria”, opina Guido Stein, profesor de Dirección de Personas en las Organizaciones de la escuela de negocios IESE. “Su esfuerzo mental, el enfoque con el que afronta la situación, va por delante de su magnífica capacidad física”, señala. En su opinión, se trate de un deportista, un directivo o cualquier otro profesional, “siempre existe la posibilidad de resurgir, pero uno debe proteger la fuente de donde manan las ganas, el ánimo”.
Stein asegura que en determinados momentos de la carrera profesional es provechoso hacer un parón y reflexionar, pese a que algunos lo interpreten como un bache o incluso la antesala de la retirada. El experto menciona el caso de muchas mujeres que, después de una baja maternal, regresan a su puesto de trabajo más “frescas”, con más ganas. “Durante ese período de tiempo, han permanecido ajenas a las guerras de guerrillas que se producen en muchos entornos laborales, y vuelven a la empresa con otra escala de prioridades que las hacen más eficientes. En cambio, muchos hombres están exhaustos y quemados por tantos conflictos, se agotan psicológicamente”, asegura Stein. El profesor recomienda “saber reservar las propias fuerzas”, especialmente en un momento en que la vida laboral tiende a alargarse cada vez más.
Aprender del error
Antonio Núnez, socio de la consultora Parangon Partners, cree que una de las mayores virtudes de Rafa Nadal es aprender de los errores, algo muy extrapolable al mundo profesional: “La clave para ser un buen líder no es no fracasar nunca, sino extraer lecciones positivas del fracaso”. Una máxima con aroma a Winston Churchill: “El éxito es la habilidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”.
Núñez también resalta la “humildad” del mallorquín como elemento de referencia. “Un directivo debe ser consciente de sus limitaciones y de que no todo depende de uno”, subraya. Y esa humildad es perfectamente compatible con “tener confianza en uno mismo y trabajar con un horizonte claro”, ya que “la humildad no consiste en hacerse de menos ni creerse poca cosa”. Stein coincide en este punto: “La humildad es la realidad, la objetividad, es tener los pies en el suelo. Nadal sabe que Federer es técnicamente mejor, pero que él tiene el cariño del público”. A pesar de que el manacorí ya lo había logrado todo en el tenis, “se dijo a sí mismo: ‘Voy a intentarlo una vez más’. Y no movido por la soberbia o la vanidad, sino por el ánimo de superarse”.
Núñez destaca la importancia, tanto para un deportista de élite como para un directivo, de contar con un entrenador o consejero en quien apoyarse en todo momento. En el caso de Nadal emerge claramente la figura de su tío Toni, que ha vuelto a ver orgulloso cómo su sobrino ha vencido a su oponente y, sobre todo, se ha vencido a sí mismo.