Así ha cambiado el liderazgo desde que teletrabajamos
Artículo de ‘Expansión’ escrito el 30 de junio de 2021.
Sus ventajas se han dicho hasta la saciedad durante la pandemia. Más capacidad para atraer talento, ahorro de tiempo y costes de desplazamiento para los empleados o una mayor autonomía y flexibilidad horaria. Pero ¿cuáles son las desventajas del teletrabajo? Entre ellas, que los empleados tienen menos oportunidades de hacer networking hasta el punto de llegar a sentirse aislados, excluidos y desconectados del equipo; o las dificultades que se plantean a la hora de organizarse reuniones, planificarse proyectos o cubrirse horarios. “En los últimos quince meses hemos hecho de la necesidad virtud, pero el teletrabajo no puede imponerse como la única alternativa en la oficina”, afirma Antonio Núñez, senior partner de Parangon Partners, y autor de un estudio, junto a José Ramón Pin, profesor de IESE Business School, que recoge las conclusiones de una encuesta realizada a 2.300 altos directivos, más de la mitad de ellos consejeros delegados.
Quizá la conclusión principal a la que llegan los encuestados es que “la economía española y, así lo ha demostrado, está preparada para realizar mucho trabajo a distancia, pero se deberán cambiar ciertas formas de trabajo y de liderazgo”, explica Núñez, que destaca que “se necesitarán nuevas formas de comunicación y se requerirá desarrollar sensibilidades emocionales distintas a las practicadas en la oficina hasta que llegó el confinamiento”. Profundizando en este tema, en el informe se afirma que los directivos que tengan una relación virtual con sus equipos “necesitarán descubrir los estados emocionales de sus colaboradores a través de esa relación informática y saber el tipo de acción necesaria que deberán poner en practicar para responder a ellos”. Así, y ante la falta de un libro de instrucciones, muchos directivos han tenido que descubrir por sí mismos cómo relacionarse con sus equipos o con sus mandos.
“En donde más se ha acentuado este cambio es en los mandos intermedios”, reconocen los autores del estudio, que plantean una serie de retos a los que deberán hacer frente todos los actores implicados en el teletrabajo, “una herramienta que, aunque no se imponga como única, deberá incorporarse a los beneficios que den las empresas a sus trabajadores”, asegura Núñez. Entre los retos del consejero delegado, mantener y reforzar la moral de los equipos, garantizar la seguridad y salud de sus empleados, gestionar la sostenibilidad y la viabilidad del negocio, ejercer un liderazgo fuerte e inclusivo, tener una visión estratégica a medio y largo plazo, hacer gala de una gran flexibilidad para adaptarse a nuevas circunstancias y facilitar a los empleados todas las herramientas necesarias para poder teletrabajar.
Y es que aquí está una de las claves del éxito o del fracaso de esta modalidad. Entre las herramientas ya desarrolladas por las empresas destacan aquellas encaminadas a “garantizar la conectividad de los trabajadores a distancia y facilitar las aplicaciones para poder acceder a los archivos y recursos ubicados en la empresa; promover la conexión entre equipos de trabajo remotos, clientes y proveedores a través de reuniones virtuales o chats; o crear plataformas de apoyo interno para que los trabajadores puedan expresar sus inquietudes”.
Todas ellas deberán mantenerse en la oficina, que verá como sus usuarios elegirán un modelo híbrido de trabajo. “Los mandos deberán acostumbrarse a no tener a todo su equipo presencialmente, por eso tendrán que ser flexibles y seguir aprovechando las ventajas de herramientas tecnológicas que han facilitado el teletrabajo”, explica Antonio Núñez, que insiste en que “adaptarse a las restricciones provocadas por el Covid-19 ha impulsado varios comportamientos que resultarán útiles a largo plazo. Ahora todo el mundo está familiarizado con las videoconferencias y la generación y el desarrollo de relaciones pueden tener lugar virtualmente con menos dependencia del correo electrónico. También ha florecido una mayor colaboración interdepartamental”.
Entre los consejos que Núñez y Pin dan a las empresas, destacan algunos como cambiar la forma en la que los mandos se comunican con sus empleados y mantener una relación más estrecha, poner cara y ojos a todos los empleados, incluso a aquellos que trabajan de forma habitual virtualmente, ser claro y conciso a la hora de plantear objetivos, establecer calendarios de reuniones y conseguir que éstas sean cortas, mostrar empatía con los empleados o diseñar espacios para reuniones formales e informales que aumenten la conexión con los equipos.
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