Así ha cambiado su empresa por el Covid y no hay marcha atrás
Artículo de ‘Expansión’ escrito el 12 de enero de 2021.
Cuando la crisis del Covid-19 daba sus primeros pasos, muchas empresas se vieron obligadas a tomar decisiones que quizá estaban planteadas en futuros planes estratégicos, pero que la situación obligó a acelerar. Dotar de medios a los trabajadores para que pudieran teletrabajar o contratar herramientas tecnológicas que permitieran reuniones por videoconferencia con el ahorro de costes que ello supone parecían antes de la crisis ciencia ficción. Muchos presidentes, consejeros delegados o directores generales aún creían (y creen) firmemente en el trabajo presencial, pero la realidad se impone. “Es lo mismo que está ocurriendo en la definición de las estructuras de las empresas. Un primer ejecutivo tiene la responsabilidad de que la estructura de poder sea coherente con el contenido de la estrategia y de lograr que la estructura organizativa funcione, es decir, ejecute bien”, afirma Antonio Núñez, senior partner de Parangon Partners, y autor junto a Luis Huete, profesor de IESE, del informe Cómo el Covid está obligando a los CEO a cambiar el diseño de la estructura organizativa.
Elaborado a partir de una encuesta realizada a más de dos mil directivos, dicho estudio concluye que los cambios más habituales que se han hecho en las empresas son “la centralización de la toma de decisiones en un comité de crisis, el aumento de frecuencia de los comités de dirección, la potenciación del papel de las unidades de negocio para revitalizar los ingresos y el empoderamiento de los niveles jerárquicos más bajos para que tomen decisiones”. Pero ¿son reversibles estos cambios? “No”, responde rotundamente Núñez, que añade: “La mayoría de los encuestados siguen viendo un escenario de incertidumbre el próximo año –sólo el 8% sitúa la vuelta a la normalidad a finales de este año; incluso hay un 17,8% que cree que se alcanzará pasado 2023–. Esto, si lo unimos al hecho de que las estructuras nuevas están funcionando, es lo que nos lleva a pensar que los cambios no tienen vuelta atrás”.
Las áreas más afectadas
Estos cambios no tienen que ver tanto con la forma de trabajar, sino con quién toma las decisiones o qué áreas de la empresa han ganado relevancia durante la crisis. “Muchas veces las urgencias llevan a las empresas a tomar decisiones pensando en el corto plazo que se demuestran erróneas, pero es necesario que exista una convivencia natural entre los departamentos que trabajan a corto plazo y los que lo hacen a largo. Por eso es importante que el CEO, cuya labor tiene que ser estratégica, piense y planifique a largo plazo”, explica Núñez. La realidad que muestra el informe es que los cambios están siendo de calado en departamentos como operaciones o ventas, que se manejan en el corto plazo, pero que están tardando en llegar en otros como márketing o nuevos productos, que planifican a largo y donde los máximos responsables de la compañía no ven urgencias. Núñez advierte: “Son áreas que definen el futuro de la compañía”.
De hecho, una de las conclusiones que arroja el estudio tiene que ver con cómo se están llevando a cabo estos cambios. “La estructura de una empresa se puede diseñar utilizando diferentes variables y dependiendo de cuál elijas así será tu empresa. Lo que hemos visto es que la mayoría están priorizando productos frente a clientes o determinación para ejecutar y rigor para administrar frente a sensibilidad para integrar y creatividad para innovar”, señala Núñez, que cree que una de las lecciones positivas que han aprendido las empresas tiene que ver con la necesidad de trabajar en equipo. “Ya no tienen cabida los CEO superman, que en todo intervenían y con todo podían; ahora lo que necesitan las empresas son directivos dispuestos a colaborar”, concluye Núñez.
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