Cómo debe un líder afrontar una huelga
Artículo de ‘Expansión’ escrito el 11 de junio de 2025.
Los jefes deben afrontar la coyuntura con empatía, escucha activa y tranquilidad. Se recomienda a los directivos que busquen un punto intermedio con «templanza y humildad» para evitar conflictos.
En 1954, el director Elia Kazan detalló en La ley del silencio todo lo que no debe hacer un líder durante una huelga. El largometraje sitúa su trama en unos astilleros de Nueva York en el que unos trabajadores se ven sometidos a un sindicato corrupto y mafioso. El filme, que tiene como protagonista a Marlon Brando, retrata la opresión, el miedo y la violencia que sufren los empleados para defender sus derechos. A la postre, el título de la película se refiere al silencio colectivo que se perpetúa durante una huelga cuando los empleados tienen miedo a las posibles represalias. Por suerte, los tiempos han cambiado y los jefes también.
Evidentemente, «una huelga nunca es una buena noticia. Ni para la empresa ni para los trabajadores», señala Hilario Alfaro, presidente de Madrid Foro Empresarial. No obstante, si se da esta coyuntura, «el directivo debe afrontarla con tranquilidad, empatía y mucha comunicación», añade. Para ello, destaca Alfaro, «lo primero que debe hacer un líder es escuchar y entender que hay detrás del conflicto más allá de lo que se dice en los comunicados».
El experto advierte que una huelga «es un momento clave para demostrar liderazgo, no desde la posición, sino desde el diálogo. Hay que sentarse a hablar, buscar puntos en común y actuar con transparencia. La autoridad no está reñida con la cercanía. Y algo muy importante: no hay que esperar a que llegue una huelga para cuidar las relaciones laborales. Si hay confianza y respeto en el día a día, es mucho más fácil encontrar soluciones incluso en los momentos difíciles».
Opinión que también comparte Antonio Núñez, senior partner de Parangon Partners: «Una huelga no es solo un conflicto laboral: es un momento de verdad para el liderazgo. Cuando los empleados alzan la voz, lo que está en juego no es solo un convenio o una mejora salarial, sino la confianza en la dirección». Por ello, el experto recomienda a los ejecutivos no actuar desde la soberbia. «No hay que ignorar el malestar. Un directivo debe entender que, incluso en medio del desacuerdo, hay una oportunidad para escuchar, reformular y reconstruir. Gestionar una huelga requiere templanza y humildad. Escuchar más que hablar. Estar presente. Evitar discursos defensivos y buscar, sin caer en la ingenuidad, una salida digna para todas las partes. Una buena gestión no significa ceder ante cualquier exigencia, sino canalizar el conflicto hacia una solución sostenible. La comunicación transparente es clave: explicar con honestidad la posición de la empresa y reconocer los puntos de fricción con respeto», detalla Núñez. Asimismo, también destaca que una huelga no es solo un riesgo, sino también un espejo. «Refleja la cultura interna, la calidad del liderazgo intermedio, la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace», añade.
Resolver el conflicto
Ante una situación de huelga, explica Norbert Monfort, colaborador académico del Departamento de Dirección de Personas y Organización de Esade, «el directivo más que posicionarse a favor o en contra debe actuar con prudencia y estrategia». El experto señala que lo más recomendable es adoptar un enfoque natural centrado en la resolución del conflicto. «Tomar una postura extrema puede generar tensiones innecesarias. El liderazgo basado en el diálogo y la negociación demuestra compromiso con el bienestar del equipo y la estabilidad empresarial», comenta. En este sentido, Monfort da cinco claves a los líderes empresariales para que afronten este tipo de crisis.
- Comprender las razones detrás de una huelga. El primer punto clave según el académico es escuchar activamente a los empleados y sus representantes sindicales. Además, el directivo «debe analizar las demandas y evaluar si hay puntos en los que sí pueda negociar», apunta, matizando que una huelga también permite identificar posibles áreas de mejora en la empresa que estén causando descontento.
- Cumplir con la normativa laboral. Aunque parezca algo lógico, Monfort recuerda a los líderes que deben asegurarse de respetar las leyes vigentes en cuanto a derechos de los trabajadores y procedimientos de huelga. Para ello es clave contar con el departamento legal o expertos en derecho.
- Mantener una comunicación abierta y transparente. «Es conveniente explicar a los empleados la posición de la organización y los posibles impactos que tiene una huelga. Además, los directivos tienen que evitar respuestas represivas o que pueda exacerbar el conflicto», destaca Monfort, añadiendo que promover el diálogo significa encontrar soluciones conjuntas.
- Garantizar la continuidad operativa. En un momento de crisis como una huelga, la reputación de la empresa está en juego. «Por ello los directivos deben evaluar todo tipo de alternativas para minimizar el impacto en la producción o el servicio que ofrece la compañía», concreta. Además, el experto también aconseja «considerar planes de contingencia y reasignación de recursos» en el caso de que sea necesario.
- Buscar una solución negociada Para Monfort, este apartado es otra obviedad, pero incide en remarcarlo y añade que hay que evitar «todo tipo de visceralidad» para garantizar el bien común y continuidad de la empresa.