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De NVIDIA a AMD: seis ejemplos de liderazgo en innovación para directores de Recursos Humanos

 1 octubre, 2024
Escrito por Antonio Núñez

Artículo de ‘Capital Humano’ escrito en octubre de 2024.

En el vertiginoso mundo de la empresa, donde la disrupción es la norma y la tecnología avanza a un ritmo imparable, la innovación ha dejado de ser una opción y se ha convertido en una necesidad estratégica. En este contexto, los directores de recursos humanos (DRH) tienen un papel crucial, no solo de adaptar a las personas al cambio, sino de liderar la transformación cultural que permita a sus organizaciones prosperar en esta era de incertidumbre y oportunidades.

La visión y gestión del talento son elementos clave para asegurar que las empresas no solo sobrevivan, sino que lideren, en un entorno marcado por la rapidez de la evolución tecnológica, la creciente competitividad y la globalización. La innovación ya no depende exclusivamente de los departamentos de tecnología o I+D, sino que debe estar en el ADN de toda la organización. Es aquí donde el liderazgo desde recursos humanos cobra un protagonismo especial.

1. Visión y anticipación

En el libro «El arte de la guerra», Sun Tzu menciona que «la victoria pertenece a quien se anticipa a los movimientos del enemigo». En el ámbito empresarial, la «victoria» es para quienes se anticipan a las tendencias, adaptan sus estrategias y, sobre todo, preparan a su equipo para enfrentar lo desconocido. Para los directores de recursos humanos, esto implica identificar y potenciar las competencias necesarias para el futuro, más allá de las necesidades actuales de la empresa.

Un ejemplo reciente de liderazgo visionario es el de Jensen Huang, CEO de NVIDIA. Bajo su dirección, la compañía no solo ha revolucionado el campo de la inteligencia artificial y los chips gráficos, sino que ha sabido anticipar las demandas de una industria que evoluciona de forma vertiginosa. Huang no solo pensó en la tecnología, sino en cómo construir equipos ágiles, capaces de adaptarse rápidamente a nuevas realidades.

2. Una estrategia clara de transformación

Como bien decía Peter Drucker, «la cultura se come a la estrategia para desayunar». Por tanto, para cualquier director de recursos humanos, definir e implementar una estrategia de transformación exitosa no solo se basa en delinear planes, sino en cultivar una cultura que abrace el cambio. La estrategia debe estar alineada con una visión compartida, donde todos los niveles de la organización entiendan hacia dónde se dirige la empresa y cuál es su rol en ese camino.

Un caso relevante en este ámbito es el de Emma Walmsley, CEO de GlaxoSmithKline (GSK). Desde su llegada, Walmsley ha redefinido la cultura corporativa de una empresa centenaria, impulsando una estrategia de innovación basada en la ciencia y la colaboración transversal. GSK ha logrado transformar su enfoque de desarrollo, atrayendo y reteniendo talento alineado con una visión de innovación constante, donde recursos humanos ha jugado un rol decisivo al integrar nuevas habilidades y formas de pensar.

3. Colaboración y trabajo en equipo

La innovación no se produce en silos. Como señalaba Isaac Newton, «si he visto más lejos, es porque me subí a hombros de gigantes». Hoy, el liderazgo colaborativo es fundamental para crear ecosistemas donde la inteligencia colectiva fluya y las ideas disruptivas surjan de la combinación de talentos diversos. Los DRH tienen la responsabilidad de fomentar un entorno donde las personas no solo se sientan parte de un equipo, sino donde puedan aportar y recibir retroalimentación constructiva en un ambiente de confianza y creatividad.

En este sentido, un líder inspirador es Sundar Pichai, CEO de Alphabet (Google). Pichai ha destacado por construir una cultura empresarial centrada en la colaboración y la apertura, donde la diversidad de pensamiento se convierte en la fuente principal de innovación. Google se ha mantenido a la vanguardia al aprovechar las ideas y perspectivas de sus empleados. Se trata de una lección para los DRH sobre la importancia de diseñar entornos de trabajo que propicien la interacción y la sinergia entre equipos.

4. Orientación hacia resultados

En un entorno de cambio constante, los directores de recursos humanos no pueden permitirse el lujo de implementar políticas y estrategias sin medir su impacto. Un enfoque centrado en resultados implica definir indicadores claros que no solo midan el rendimiento, sino que alineen los objetivos de la organización con las necesidades de innovación. La clave está en equilibrar la flexibilidad con el rigor, en diseñar métricas que impulsen la mejora continua y que sirvan para ajustar el rumbo cuando sea necesario.

Mary Barra, CEO de General Motors, ha demostrado cómo un enfoque implacable en los resultados puede coexistir con la innovación y la cultura organizacional. Barra ha llevado a GM a liderar la transformación hacia la movilidad eléctrica, una tarea titánica que ha requerido no solo una visión estratégica, sino una ejecución meticulosa basada en resultados medibles. Y ello desde la productividad hasta la satisfacción de sus equipos. Su enfoque sirve como ejemplo para los DRH que buscan impulsar un rendimiento sostenido mientras gestionan procesos de cambio profundo.

5. Ejecución efectiva y gestión de riesgos

La capacidad de innovar también implica tomar decisiones difíciles y gestionar riesgos. Como decía Cervantes en «El Quijote», «el que no aventura, no gana». No obstante, en el entorno empresarial, aventurarse debe ir acompañado de un análisis riguroso y una gestión estratégica de los riesgos. Para los DRH, esto significa asegurar que la organización cuenta con los líderes y equipos preparados para ejecutar planes ambiciosos sin perder de vista los posibles desafíos y obstáculos.

Un caso ejemplar de liderazgo en la ejecución y gestión de riesgos es el de Shantanu Narayen, CEO de Adobe. Narayen transformó una compañía de software tradicional en un gigante del modelo de suscripción y servicios en la nube. Este cambio, que inicialmente supuso riesgos significativos, fue gestionado con una estrategia clara y una ejecución impecable, basada en la comunicación continua y la preparación de los equipos para transitar hacia un nuevo modelo de negocio. Narayen entendió que, para innovar, primero era necesario preparar a la organización para el cambio, lo que convierte su ejemplo en una referencia para los directores de recursos humanos.

6. Cultura de aprendizaje continuo

En un entorno donde las habilidades se vuelven obsoletas rápidamente, los DRH deben fomentar una cultura de aprendizaje continuo. Como decía Albert Einstein, «el aprendizaje es la experiencia, todo lo demás es información». En un mundo digital, donde el conocimiento está a un clic de distancia, lo que marca la diferencia es cómo las organizaciones integran ese aprendizaje en su día a día, creando ciclos virtuosos de mejora y experimentación.

Un caso a destacar es el de Lisa Su, CEO de AMD. Su liderazgo se ha basado en una cultura de aprendizaje y experimentación constante, permitiendo que AMD pase de ser una empresa rezagada en la industria de semiconductores a una de las principales competidoras de Intel y NVIDIA. Su enfoque en el desarrollo de talento y la formación continua ha sido esencial para la innovación sostenida de la compañía.

Conclusión: el director de RRHH como arquitecto de la innovación

En la era de la innovación, los directores de recursos humanos no son meros facilitadores, sino arquitectos de una cultura que permite a las organizaciones adaptarse y liderar en un entorno cambiante. Como líderes, tienen la responsabilidad de anticiparse, crear una estrategia de transformación clara, fomentar la colaboración, orientar hacia resultados, gestionar los riesgos y, sobre todo, construir una cultura donde el aprendizaje continuo sea el motor de la innovación.

Siguiendo el ejemplo de líderes como Jensen Huang, Emma Walmsley, Sundar Pichai, Mary Barra y Lisa Su, los DRH pueden guiar a sus organizaciones hacia un futuro donde la innovación no sea una excepción, sino la norma. Al final del día, como bien lo expresó Charles Darwin, «no es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor se adapta al cambio».

La clave está en preparar a las personas para abrazar el cambio, crear líderes capaces de guiar con propósito en medio de la incertidumbre y construir culturas organizacionales resilientes, donde la innovación sea la respuesta natural ante cualquier desafío.

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