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Ejemplaridad, valores y resiliencia: algunas claves sobre el liderazgo en RRHH

 1 septiembre, 2024
Escrito por Antonio Núñez

Artículo de ‘Capital Humano’ escrito en septiembre de 2024.

El liderazgo en tiempos turbulentos exige una sólida base de valores y una ejemplaridad constante. A raíz de un estudio publicado en colaboración con Luis Huete, profesor del IESE Business School, Núñez analiza la importancia de valores como la ejemplaridad, la solidaridad, la cercanía, la humildad, el optimismo o la valentía en la construcción de líderes de RRHH.

«Tus creencias se convierten en tus pensamientos, tus pensamientos se convierten en tus palabras, tus palabras se convierten en tus acciones, tus acciones se convierten en tus hábitos, tus hábitos se convierten en tus valores. Tus valores se convierten en tu destino.» Mahatma Gandhi.

En una época donde la pandemia, la guerra y la inflación han sacudido los cimientos de la sociedad, el liderazgo emerge como un factor crucial para la seguridad y el éxito empresarial. Muchos líderes de recursos humanos (RRHH) se han visto desbordados ante la falta de un plan de crisis y contingencia que pudiera hacer frente a situaciones tan imprevistas como la generada por el COVID-19. Ante este escenario, se han formado comités de crisis para tomar decisiones críticas sobre el negocio y las personas. Pero ¿cómo debe actuar un líder en esta situación?

En colaboración con Luis Huete, profesor del IESE Business School, realizamos un estudio titulado «Cómo el COVID está cambiando el perfil y la agenda de los CEOs». Un 30% de los encuestados destaca la importancia de valores como la ejemplaridad, la solidaridad, la cercanía, la humildad, el optimismo y la valentía.

La ejemplaridad se vuelve más crucial que nunca en el liderazgo. Si un equipo necesita un referente, quién mejor que su propio CEO para asegurarse de que se siguen los patrones correctos. El liderazgo radica en ser un ejemplo de coherencia entre lo que se propone y cómo se alcanza. En palabras de Antonio Urcelay, ex CEO de Toys R Us, un consejero delegado debe ser «un potenciador de talentos ajenos e inspiración para los demás».

Es importante recordar que todos somos propensos a cometer errores, nadie es infalible. Sin embargo, si un líder desea crecer, debe estar dispuesto a reconocer y aprender de sus propias equivocaciones. La crítica constructiva enriquece y genera empatía, y la humildad es el puente que conecta ambas dimensiones. Un ejemplo notable de esto es Satya Nadella, CEO de Microsoft, quien ha transformado la cultura corporativa de la empresa al fomentar una mentalidad de crecimiento y aprendizaje continuo, admitiendo errores y aprendiendo de ellos.

La capacidad de convicción

La capacidad de convicción es una de las habilidades más valoradas en el liderazgo. Aristóteles definió la retórica como «el arte de descubrir, en cada caso en particular, los medios adecuados para la persuasión». El liderazgo es influencia, la capacidad de incentivar a las personas para que trabajen con entusiasmo hacia un objetivo común. Mary Barra, CEO de General Motors, ha demostrado esta capacidad al liderar la transformación de GM hacia un futuro más sostenible y electrificado, convenciendo a su equipo y a los stakeholders de la importancia de esta visión.

Asimismo, es deseable que el líder sea un servidor. Es decir, que tenga un espíritu de servicio hacia el bienestar de los demás, tanto en el ámbito global de la empresa como en el individual. Esta vocación de servicio se traduce en acciones concretas para fomentar el bienestar y la felicidad de los accionistas, los empleados y sus colaboradores. No se trata de un liderazgo blando, sino de una forma poderosa y efectiva de liderar. Un ejemplo contemporáneo es Marc Benioff, CEO de Salesforce, quien ha defendido con firmeza una cultura empresarial basada en la igualdad, el bienestar de los empleados y la responsabilidad social.

La transparencia es otro valor fundamental en el liderazgo. En ocasiones, algunas entidades han fallado en demostrar un nivel adecuado de integridad, y son los líderes quienes deben dar el ejemplo en cuanto a la honestidad que impregna a sus compañías. La honestidad debe ser el fundamento de cualquier gestión. Sundar Pichai, CEO de Google, ha destacado por su enfoque en la transparencia, especialmente en momentos de crisis o controversias, comunicando abierta y sinceramente con empleados y el público.

Por otro lado, el espíritu de sacrificio ha perdido protagonismo en los últimos años. La capacidad de sacrificio y superación representa un activo importante para afrontar los desafíos futuros con las mayores garantías de éxito. Un ejemplo actual es Arne Sorenson, el fallecido CEO de Marriott International, quien lideró la empresa con un compromiso inquebrantable incluso durante su batalla contra el cáncer, demostrando un nivel de dedicación y sacrificio que inspiró a toda la organización.

Las palabras de Goirigolzarri

En conclusión, el liderazgo en tiempos turbulentos exige una sólida base de valores y una ejemplaridad constante. Como nos decía Jose Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank, con motivo del prólogo de nuestro libro «El Líder ante la innovación», la ejemplaridad legitima al líder. La capacidad de convicción, el servicio a los demás y la transparencia son cualidades esenciales que deben guiar las acciones de un líder. Además, la integridad, el sacrificio y la resiliencia son virtudes clave para afrontar los retos futuros con confianza.

En este momento de oportunidad, es crucial que los directores de RRHH fortalezcan sus valores y ejerciten un optimismo basado en la resiliencia humana. Como señala Pascal Bruckner, nuestras arrugas del alma pueden ser las enfermedades más graves, pero también pueden ser la fuente de nuestra fuerza y crecimiento. Los líderes de recursos humanos tienen la tarea monumental de guiar a sus organizaciones a través de la incertidumbre, y lo harán mejor si encarnan estos principios en su día a día.

Y es que, como dijo, el escritor estadounidense Ernest Hemingway, «el secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad». Esta humildad, combinada con un compromiso inquebrantable con la ejemplaridad, la transparencia y la resiliencia, será lo que permitirá a los líderes no solo sobrevivir, sino prosperar en estos tiempos turbulentos. En última instancia, los valores que promovemos y encarnamos determinarán no solo nuestro destino como individuos, sino también el futuro de nuestras organizaciones.

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