En mi opinión, se trata de un candidato completo, integral, que aporta mucha más riqueza, conocimientos y un saber hacer diferente a las cúpulas empresariales. No debemos olvidar que un Consejo de Administración debe elevarse con visión estratégica sobre los demás niveles de la organización para poder ejercer su función de supervisión y control, con el fin de mantenerse como palanca de impulso constante a largo plazo.
¿Cómo pasar de ejecutivo a consejero?
Se trata de una transición importante. Cargos diferentes con cometidos y responsabilidades también muy diversos. Para convertirse en miembro de un Consejo hay varios caminos, y entre ellos, el más común y extendido es recurrir al propio networking y conocidos, donde la confianza y conocimiento del profesional ofrecen una garantía.
En segundo lugar, cada vez es más frecuente acudir a un servicio de headhunter especializado que, además de conocer a la perfección el mercado, aconsejan y ofrecen un acompañamiento objetivo y profesionalizado hasta alcanzar la meta. Es la opción más eficaz y que ofrece mejores resultados. En todo caso, hacerse visible para los headhunters, es lo más adecuado.
La tercera vía supone tener presencia y frecuentar los ecosistemas en los que se relacionan los consejeros, por ejemplo programas de formación, asociaciones y clubs de consejeros… Un candidato que sume los tres planos aumentará sus opciones de alcanzar lo que se propone.
Antes de haber llegado a este punto, por supuesto, el aspirante debe haber realizado una profunda reflexión y examen personal para confirmar que es plenamente consciente de lo que puede aportar, la misión que pretende abordar así como del cambio de cometidos, funciones y responsabilidades que entraña formar parte de este órgano de gobierno.
Si no es así, debe someterse a ese ineludible autoanálisis cuanto antes para evitar sorpresas desagradables antes de seguir adelante con el proceso. Preguntarse a sí mismo si se está preparado para ese salto, si tendrá el tiempo y la capacidad de asumir los costes de un compromiso de tal trascendencia es la primera prueba de sinceridad con uno mismo que, además, allanará el camino hacia el deseado destino.
Si el profesional prefiere apostar por las ventajas que ofrece un headhunter y ha logrado ser incluido en un proceso de selección, es decisiva su aproximación a la primera entrevista. Será ésta la primera toma de contacto con los colaboradores de la compañía y, por tanto, la primera impresión es clave. Tener en cuenta unas mínimas pautas puede resultar crucial. Actuar con naturalidad y, sobre todo, no aparentar es lo que hará triunfar. Fingir no es una opción a este nivel. Las lagunas, carencias y debilidades quedan al descubierto rápidamente y pueden jugar en contra para futuros procesos.
En segundo lugar, hay que preparar muy bien la entrevista realizando una honesta introspección y reflexionando respecto a lo que uno mismo como candidato aportará a ese Consejo de Administración, si está a la altura, sobre sus competencias, experiencia y conocimientos, su implicación, valores, dudas, expectativas y misión.
En paralelo, es imprescindible llevar a cabo también una profunda due diligence sobre la empresa a la que aspiramos, su trayectoria, valores y cultura, misión y visión, su equipo directivo, su historia, el funcionamiento de las relaciones internas, su gobierno corporativo o su situación financiera, sin olvidar analizar su proyección. El objetivo es comprobar si encajará en ese entorno y si es realmente la opción adecuada para su carrera y, por supuesto, si es el momento oportuno.
Durante estos años de experiencia, he acumulado numerosos ejemplos en los que la escasa preparación y análisis previo del conjunto han dado como resultado la decepción de profesionales que descubrieron una vez dentro de un consejo lo que deberían haber investigado antes de haber decidido formar parte del mismo. Equidistancia, objetividad, claridad, determinación y valentía son los elementos que acercarán al candidato a la decisión más acertada. Y si se da el caso, ser asertivo y saber decir no con honestidad es loable, liberador y meritorio, aunque no está al alcance de todos.
La última recomendación para afrontar con éxito una entrevista de selección es, como en cualquier otro ámbito de la vida, acudir con ganas, motivación, ilusión y seleccionar las preguntas reservando algunas más adecuadas para los próximos encuentros.
Dentro del consejo
Y una vez dentro del Consejo de Administración, ¿qué es lo más importante? Evidentemente, resulta vital continuar formándose, tener curiosidad por todo y desempeñar la función de supervisión con la mirada puesta en el largo plazo aplicando siempre la ética, la responsabilidad y el equilibrio en cada decisión y movimiento del gobierno corporativo. Y para hacerlo de la mejor manera, insisto siempre en recordar dos puntos clave: identificar la gran diferencia entre el rol de ejecutivo y de consejero; y no convertir al consejo en el propio medio de vida porque condicionaría la independencia del profesional. No tener ataduras garantiza la autonomía y las decisiones en libertad, porque el objetivo del consejo es velar por la sostenibilidad presente y futura de la compañía y sus empleados.
La pandemia y la crisis que ha traído asociada está poniendo a prueba a todos. Pero la humanidad ha superado siempre infinidad de retos. Viktor Frankl, en su libro El hombre en busca del sentido, nos daba una gran lección y la clave para lograr trascender a las dificultades: “Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”.
* Antonio Núñez es Senior Partner de Parangon Partners, firma de búsqueda de altos directivos y consejeros y Fundador de la Asociación de Alumni de Harvard Kennedy School.
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