¿Hacia dónde va el mundo?
Hace unas semanas participamos en el primer seminario Workshop in Global Leadership, celebrado en el Weatherhead Center for International Relations de Harvard y organizado por la Fundación Rafael del Pino. Allí tuvimos la oportunidad de compartir reflexiones sobre la situación y los retos geopolíticos más urgentes, a los que nos enfrentamos hoy, con algunos de los mejores profesores en Relaciones Internacionales de Harvard y otras universidades .
Tras cuatros días de espléndidas presentaciones e intensos debates, podemos apuntar que el mundo se enfrenta a turbulencias, pero no mayores que en otras épocas. La crisis de deuda que sufrimos está siendo una de las más intensas que se recuerdan, pero gracias al conocimiento y mejor control de la economía se puede sortear mucho mejor que en otros momentos. En Europa la inexistencia de unión fiscal dificulta una salida más rápida.
Finalmente, el realismo político ha vuelto a la escena internacional. El mundo actual vive bajo el sistema económico de libre mercado, libertad privada y sujeto a dos sistemas políticos básicos: uno de democracias liberales (libertades públicas) y otro de autoritarismos (falta de libertades públicas). Estados Unidos y Europa en un lado y China y Rusia en el otro. El referéndum escocés era motivo de comentarios y discusiones permanentes. Todos coincidían, y nosotros con ellos, en el enorme alivio para Europa y el resto del mundo del no escocés a la secesión. El mundo camina hacia fronteras más grandes e integración, no al revés.
Joseph Nye, que fue deán de la Harvard Kennedy School, asesor de varios presidentes estadounidenses y padre del soft power, nos alertaba sobre la transición del poder del oeste al este, pero principalmente del paso del poder de los estados hacia los actores no estatales.
¿Cuál es el ciclo de vida de un país? El de una persona lo sabemos, pero no en el caso de un país. Estados Unidos seguirá jugando un papel relevante en el nuevo orden internacional, pero cambiará el modo en que se relaciona con los otros actores. Así será muy importante el papel que Europa debe jugar en el orden internacional y su relación de partnership con Estados Unidos. A China, que parece el gran gigante que viene, le faltan muchas décadas hasta alcanzar el grado de superpotencia general (renta per cápita, universidades, distribución de la riqueza, tecnología, atractivo inmigrador, diversidad cultural…). Rusia está claramente en declive. Europa debe y puede jugar un papel estabilizador.
Monica Toft de la Blavatnik School of Government de Oxford repasó el creciente peso de las guerras internas en los países, su relación con el territorio y la variable crítica de las religiones. El profesor Ignatieff, reciente candidato a las presidenciales canadienses, aportó una comparación muy sugerente entre Rusia y China. Aunque parezca contradictorio, la libertad de mercado estabiliza los autoritarismos, y los sistemas ruso y chino “están aquí para quedarse” con una alianza de conveniencia donde la rivalidad territorial se une para enfrentarse al liberal leviatán americano juntos. Y alertó sobre el victimismo que puede justificar agresiones, generado por el envolvimiento de la OTAN a Rusia o de EE UU y sus aliados a China.
La posibilidad de una nueva guerra fría en el entorno de una globalización necesaria por los autoritarismos con un orden plural donde se enfrenten las democracias liberales con los capitalismos autoritarios no parece clara, pero sí nuevas reglas en este nuevo modelo.
El Director del Weatherhead Center for International Relations de Harvard, Kaiser alabó el papel de España en el entorno europeo y su buen hacer en la crisis. Señaló cómo, gracias a la OTAN, Europa ha sido capaz de crear democracias liberales estables. La creciente y necesaria interdependencia que tiene Rusia con Europa y el resto del mundo es el mejor contrapeso a sus veleidades hegemónicas.
El almirante Stavridis, actual decano de la Fletcher School de la Tuft University y antiguo comandante de la OTAN, centró su preocupación prioritaria en Irán, Corea del Norte y Siria, pero también señaló algunas oportunidades: la necesidad de construir puentes –frente a la construcción de muros de otras épocas–, escuchar más a todos los actores y creer en la diversidad cultural y formar alianzas. Alabó el excelente resultado de España en la OTAN y las excelentes relaciones de nuestro país con los Estados Unidos. Trató de manera muy especial la necesidad de combinar hard power militar con soft power económico y político” para desarrollar lo que Nye denomina smart power.
El economista Frieden se refirió a la actual crisis financiera como la peor de la historia, que está necesitando de 5 a 7 años (frente a las clásicas que solo requerían de 6 a 9 meses) en conseguir que se vuelva a crear empleo, siempre y cuando se tomen las medidas necesarias, Algunos países europeos (Francia, Italia) necesitan reformas profundas que siguen sin ser realizadas. Criticó a los economistas americanos que habían aconsejado, durante las crisis de los países en desarrollo, dedicar la inversión extranjera a los sectores productivos y no al consumo, pero que ahora ellos no lo aplican. Y alertó sobre las consecuencias políticas de una mala distribución de la carga de la deuda tras la crisis y del sentimiento social de que los que soportan las cargas no son los que se beneficiaron de los momentos buenos que está generando peligrosos neopopulismos.
Si no resolvemos bien esta crisis, auguró un fracaso de la integración europea y una próxima crisis aun más grave que la actual.
Antonio Núñez es Presidente de la Asociación Alumni de Harvard Kennedy School y Socio de Parangon Partners. Álvaro Rengifo es Economista del Estado y Presidente de Bombardier España.
Noticia vía: cincodias.com