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La importancia de la humildad en un liderazgo prudente

 26 agosto, 2024
Escrito por Antonio Núñez

Artículo de ‘Expansión’ escrito el 26 de agosto de 2024.

En nuestro entorno, la humildad emerge como una cualidad fundamental para aquellos que desean dejar una huella perdurable en sus equipos y organizaciones. Es en la modestia, la discreción y la disposición para aprender de los demás donde los verdaderos líderes encuentran la fuerza para impulsar el éxito sostenible en un entorno empresarial cada vez más competitivo. Las enseñanzas de Baltasar Gracián en Oráculo manual y arte de la prudencia nos ofrecen una hoja de ruta valiosa para cultivar esta virtud y liderar con autenticidad y eficacia.

Gracián recuerda: “Si no hubiera necesidad de obrar, se podría pasar por la vida sin dejarse notar”. Esta cita resalta la virtud de la discreción y la modestia. En el contexto empresarial, un líder humilde no busca constantemente destacar, sino que prefiere trabajar en silencio para alcanzar los objetivos del equipo. Warren Buffett, CEO de Berkshire Hathaway, es un ejemplo notable de esto, ya que ha construido su imperio financiero no mediante alardes públicos, sino a través de una dedicación incansable y un enfoque discreto en la inversión inteligente.

Gracián también asegura: “A más elevación, más humildad”. Cuanto más alto sea nuestro puesto o posición, más importante es mantener la humildad. En el liderazgo empresarial, un líder humilde reconoce las contribuciones de los demás y trabaja en colaboración con su equipo para lograr el éxito conjunto. Un ejemplo inspirador de este enfoque es el liderazgo de Satya Nadella, CEO de Microsoft, quien ha transformado la cultura corporativa de la empresa fomentando la humildad y la colaboración entre sus empleados.

“Humildad fingida no es humildad, sino astucia”, advierte Gracián. La autenticidad es clave en la humildad, y los líderes genuinamente humildes son valorados por su sinceridad y disposición para aprender de los demás. En el mundo empresarial, figuras como Jeff Bezos, fundador de Amazon, han demostrado cómo la humildad auténtica puede impulsar la innovación y el crecimiento sostenible de una empresa.

Otra enseñanza de Gracián es: “Humildad es el no hablar de uno mismo”. La verdadera humildad implica no centrarse en uno mismo ni enaltecerse ante los demás. En el ámbito empresarial, un líder humilde se preocupa más por el bienestar de su equipo y de la organización que por su propia imagen. Un ejemplo notable de esta cualidad es Tim Cook, CEO de Apple, cuya humildad y enfoque centrado en el equipo han contribuido al éxito continuo de la empresa.

“Humildad es saberse inferior a todos en algo”, subraya Gracián. Reconocer nuestras limitaciones y aprender de los demás es esencial para el crecimiento personal y profesional. En el liderazgo empresarial, un líder humilde está abierto a recibir retroalimentación y a mejorar constantemente, reconociendo que siempre hay áreas en las que puede crecer y desarrollarse. Ejecutivos como Indra Nooyi, ex-CEO de PepsiCo, personifican esta actitud de humildad y aprendizaje continuo, lo que les ha permitido liderar con éxito en un entorno empresarial en constante cambio.

La humildad, como señala Gracián, es la única base sólida de todas las virtudes. En un mundo donde la arrogancia y la “autopromoción” pueden ser tentadoras, los líderes verdaderamente exitosos son aquellos que mantienen los pies en la tierra, reconocen sus limitaciones y se esfuerzan por aprender y crecer cada día. Al aplicar las enseñanzas de Gracián sobre la humildad en el liderazgo empresarial, podemos construir equipos más fuertes, promover una cultura de colaboración y alcanzar nuevos niveles de éxito que perduren en el tiempo. La humildad graciana refleja en gran medida las enseñanzas de San Ignacio de Loyola, para quien el esfuerzo personal es fundamental, a la par que la consciencia de que el resultado final no depende necesariamente de nosotros: “Obra como si todo dependiese de ti, pero a sabiendas de que todo depende de Dios”.

El impacto de la humildad trasciende el ámbito empresarial y se hace evidente incluso en la esfera política. Un ejemplo notable es el liderazgo del expresidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln. Conocido por su modestia y su capacidad para escuchar a todos los sectores de la sociedad, Lincoln demostró cómo la humildad puede fortalecer la cohesión social y abrir el camino hacia la reconciliación en tiempos de división.

Otro ejemplo destacado es Nelson Mandela, cuyo liderazgo durante la transición de Sudáfrica hacia la democracia se caracterizó por su humildad y su compromiso con la reconciliación nacional. A pesar de haber sufrido décadas de encarcelamiento y persecución, Mandela adoptó un enfoque compasivo y conciliador hacia sus antiguos adversarios, sentando las bases para una sociedad más inclusiva y justa.

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