Los primeros ejecutivos primarán la sostenibilidad del negocio y la seguridad de empleados y clientes por la Covid-19
Artículo de ‘Siglo XXI’ escrito el 22 de junio de 2020.
La sostenibilidad y viabilidad del negocio desde el punto de vista financiero, comercial y operacional, junto a la seguridad de los empleados y clientes, y, por último, la innovación son las cuestiones clave que condicionarán la agenda de los principales ejecutivos de las compañías durante los próximos meses.
Así lo pone de relieve una encuesta realizada a más de 1.000 consejeros ejecutivos de las principales compañías por Antonio Núñez, Senior Partner en Parangon Partners, y Luis Huete, profesor del IESE Business School, donde analizan el impacto de la crisis sanitaria en las preferencias de las compañías y las competencias directivas que tocará potenciar “para transitar por las aguas turbulentas de los próximos años”.
Con el estallido de la pandemia los altos ejecutivos refieren que tuvieron que priorizar el garantizar la seguridad y la salud de su gente; cuidando de su equipo e interesándose por toda la organización.
También se colocó entre las urgencias de gestión el establecimiento de planes de contingencia para los próximos meses adaptados al desarrollo de los acontecimientos y seguir de cerca la situación financiera, con especial foco en el circulante y en la financiación.
Las funciones que recibieron menos atención, en cambio, han sido la supervisión de los planes de comunicación, revisar los procesos de toma de decisiones y la coordinación con el Consejo de Administración para recabar su ayuda.
Los consejeros delegados creen que en los próximos 12-18 meses ganarán peso “funciones como integrar, involucrar y unir a las personas; también diagnosticar la evolución de la situación y los problemas asociados y por último garantizar la situación financiera de la empresa”, refieren los autores del estudio.
Perderán, en cambio, importancia relativa en su agenda de prioridades tareas como la mejora de la reputación de la empresa, garantizar la claridad en las comunicaciones y seguimiento del plan de crisis con sus responsables, plazos y decisiones.
Con vistas ya a un plazo más largo, de meses, su visión es que primarán las tareas relacionadas con la sostenibilidad y viabilidad del negocio desde el punto de vista financiero, comercial y operacional; la seguridad de los empleados y clientes, y la innovación; en detrimento de otras funciones como el cumplimiento normativo, las políticas de diversidad e inclusión y la regulación y relación con el gobierno.
Los consejeros delegados esperan un impacto o efecto de la crisis a corto plazo o 12 meses, pero con una duración de dos años. Para encarar la etapa poscrisis y, conforme al estudio, las empresas necesitan en sus consejeros delegados personas capaces de ejercer “un liderazgo fuerte e integrador con capacidad de motivar, inspirar y unir a las personas” y con visión estratégica a medio y largo plazo “revisable a corto”, que hagan equipo y sean ejemplo.
Según Núñez, las empresas “necesitan directivos que sean fuertes, pero a la vez cercanos; capaces de crear relaciones colaborativas, de impulsar el trabajo en equipo, de liderar estructuras en red, y también de impulsar la transversalidad y la multifuncionalidad en sus empresas”.
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