¿Qué directivos buscarán las empresas en 2017?
Gracias a mi trabajo como head hunter en los últimos años, he entrevistado a cientos de directivos y recientemente a más de 70 CEOs y consejeros de grandes compañías para el libro El líder ante el espejo. El 87% de los entrevistados consideran la visión estratégica como una de las tres principales cualidades del CEO, frente al 53%, la capacidad de motivar, el 37%, la orientación a resultados, el 31%, la flexibilidad y adaptación al cambio y un 22%, la ejemplaridad. Este artículo es una reflexión sobre qué perfiles están demandando las principales compañías para el próximo 2017. ¿Está preparado?
- Ilusione. Para ser un buen directivo, una de las cualidades principales con la que debe contar es la capacidad de ilusionar a los demás. Esto se consigue escuchando, dando feedback sincero y sobre todo creando equipo. Hoy día los colaboradores más que nunca valoran que se les reconozca el trabajo bien hecho, la colaboración, así como la capacidad de unir y de conciliar.
- Sea ejemplar. Decía Baltasar Gracián en el Arte de la Prudencia: “Don de gentes. Conseguir la admiración general es mucho, pero es más ganar el afecto”. Hay ciertos valores, como la ética, el compromiso o la confianza que se generan en el día a día y con una coherencia entre lo que se dice y se hace. El liderazgo compartido está basado en la confianza, y si perdemos la confianza y el respecto de las personas que trabajan para nosotros, por muy bien que vuelvan a ir las cosas, ya será muy difícil recuperarla. Por ello, un buen líder debe ayudar al desarrollo de las personas del equipo fomentando el trabajo y el trato justo. Porque, por encima de todo, el líder debe tener una gran capacidad de influencia sobre su equipo.
- Tenga visión estratégica con prudencia. De todas las definiciones de liderazgo, la que más me gusta es la de “saber alinear a toda la organización alrededor de un objetivo compartido”. El líder debe tener una visión estratégica, visionando la hoja de ruta para el medio y largo plazo de su compañía. Uno de los ejemplos es la lección aprendida tras la gran crisis global de 2007; desde entonces se erige un nuevo líder más prudente con el riesgo y que sabe dibujar una clara visión estratégica. Dentro de esta visión, sin duda, existe un aspecto que es casi igual de importante que la planificación y la ilusión de futuro: la perspectiva y visión global. Y dentro de la estrategia global, el líder debe ser el garante de la cultura y los valores empresariales que representan las creencias básicas que rigen el comportamiento individual y grupal en cualquier compañía.
«El líder debe tener una visión estratégica, visionando la hoja de ruta para medio y largo plazo de su compañía»
- ¿Cómo gestionar bien la adversidad? Decía Winston Churchill: “En la guerra, determinación; en la derrota, resistencia, y en la victoria, magnanimidad”. La clave está en la seguridad en sí mismo y en saberse imponer un alto nivel de presión: tener la ambición de alcanzar más de lo que la empresa o los otros esperan de uno mismo. Si algo hemos aprendido en estos años ha sido a gestionar el estrés, la presión e incluso el miedo. Y por supuesto, la habilidad para superar los errores y el fracaso, porque como me decía un CEO, “mis peores decisiones son siempre aquellas que no tomo”.
- Flexibilidad y adaptación al cambio. Se espera de un líder que sea proactivo. Es decir, que tenga iniciativa y capacidad para anticiparse a retos, problemas o necesidades futuras. No se concibe un líder reactivo y mucho menos pasivo que confíe en que el tiempo arregle los problemas.
- Eficiencia, organización y orientación a resultados. La eficiencia se ha convertido en un objetivo principal de directivos y empresas que, empujados por la necesidad de ser más competitivos y reducir costes en una situación de recesión económica, buscan formas alternativas e innovadoras de trasladar valor a los clientes aprovechando mejor sus recursos. Un líder eficiente debe saber gestionar en primer lugar el recurso más escaso: su tiempo. Para ello debe priorizar el valor y evaluar frecuentemente su jerarquía de prioridades con un enfoque flexible.
- Sea apasionadamente curioso. Se necesita mucha pasión y curiosidad para dirigir durante años una gran organización con ilusión. El conocimiento de otros modelos de negocio o mirar las distintas culturas implica cambios que pueden favorecer la gestión de una empresa.
- Focalícese en un objetivo. Es importante marcar unas pautas para ayudarnos a dirigir el interés y el esfuerzo hacia un objetivo con un foco determinado. El directivo que buscan las empresas hace simple lo difícil. ¿Cómo puede simplificar un líder? Ante todo, unos buenos hábitos ayudan y podemos empezar a reprogramar nuestro comportamiento para actuar acorde con estos objetivos. Es mejor tener pocos objetivos pero que realmente se vayan a cumplir, que fijarnos demasiados objetivos que puedan desanimarnos o desenfocarnos en exceso.
- No tenga miedo a innovar en la nueva era digital. ¿Están las cúpulas directivas de las grandes empresas preparadas para afrontar el reto de la transformación de la economía digital? ¿Saben los primeros ejecutivos de las organizaciones cuáles serán las competencias que les van a exigir en el nuevo escenario? Ante todos los nuevos retos, surge el chief digital officer o director del negocio digital. Los grandes gurús se refieren a este nuevo profesional como uno de los aliados más poderosos del máximo ejecutivo de la empresa.
«Se necesita mucha pasión y curiosidad para dirigir durante años una gran organización con ilusión”
- Y, por último, comunique bien. Comunicar bidireccionalmente implica ofrecer y recibir información a todos los interesados con el objetivo de aportar un valor añadido, tanto a colaboradores (interna) como a clientes y grupos de interés (externa). Existen muchas cualidades fundamentales para una comunicación eficiente: la dicción, la fluidez, el ritmo, la coherencia. Pero para un buen liderazgo, hay dos muy importantes: la claridad ligada a la honestidad y una comunicación transversal. Conversaciones claras y honestas favorecen el feedback en ambos sentidos, motivan y permiten mejorar a los involucrados. Y relacionado con la transversalidad, saber escuchar poniendo medios para ello.
Los líderes entrevistados hablan en un marco muy amplio de conceptos como humildad, espíritu de servicio, valores o ejemplaridad. El líder que debe dirigir esta cuarta revolución industrial en la que estamos inmersos deberá ser un creador de equipos diversos, democrático en su toma de decisiones, con una gran libertad emprendedora y con tolerancia a fallos para aprender. Deberá pensar disruptivamente, adoptar una cultura de trasparencia, escuchar a los empleados y en definitiva ilusionar e inspirar a su equipo para que libere toda su iniciativa.
Expuesto de esta manera parece una tarea propia de titanes, pero lo cierto es que en buena medida lo es. La evolución del liderazgo a lo largo de nuestra historia es una muestra clara de que, por encima de todo aquello susceptible de ser aprendido, existe una clave, una suerte de código que impele a determinadas personas a asumir responsabilidades y retos sumamente complejos.
Interactuar con estos nombres propios durante mi labor profesional me permite ratificar la admiración a unos altos directivos que sustentan sobre sus espaldas la estructura económica real de nuestro país. Y no siempre con el reconocimiento público que se merece un desempeño tan complejo como el que abordan a diario.
Antonio Núñez Martín es socio de la firma de dúsqueda de altos directivos y consejeros Parangon Partners y autor de El líder ante el espejo.
Fuente: Antonio Núñez Martín http://cincodias.com