¿Tecnócratas o políticos? No hay dicotomía: los dos juntos
Artículo de ‘Expansión’ escrito el 21 de febrero de 2020.
El Gobierno no ha revelado aún el nombre de la empresa que hace tres semanas suministró miles de test fallidos para detectar el Covid-19. Ni siquiera lo ha hecho cuando se le ha preguntado en rueda de prensa telemática, método que La Moncloa tuvo que adoptar después de recibir la protesta de los medios. Se trata sólo de dos ejemplos de la larga ristra de irregularidades y errores que ha cometido el Ejecutivo ante una situación que, ciertamente, conoce pocos precedentes. La falta de prevención, la carencia de suficiente material hospitalario, los titubeos en el cierre de las actividades económicas, las incertidumbres sobre su reactivación, la errática política de comunicación… Son hechos suficientes como para preguntarse: ¿habría que dejar España en manos de un grupo de tecnócratas? El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, ha nombrado a un equipo de expertos para pilotar la reconstrucción del país. A su frente estará el también italiano Vittorio Colao, ex director general de RCS MediaGroup y ex consejero delegado de Vodafone.
«Creo que existe una falsa dicotomía entre tecnócratas y políticos a la hora de abordar una crisis como la actual. No existe ese dilema, o no debería existir. Hay que hacer una buena gestión política y técnica», asegura Antonio Núñez, socio director de la firma de cazatalentos Parangon Partners, que también tiene experiencia, precisamente, como asesor del gabinete de La Moncloa en política sanitaria en un reciente gobierno. «Lo que necesitamos en estos momentos son líderes, y un buen líder es alguien que sabe rodearse de los profesionales más competentes en sus respectivas áreas, de modo que pueda fundamentar la toma de decisiones», remarca Núñez. En concreto, el equipo que dirigirá Colao está formado por diecisiete personas procedentes de distintos ámbitos: tres altos directivos, tres economistas, dos sociólogos, un psicólogo, un psiquiatra, un físico experto en innovación, un especialista en empleo, un abogado, un comercial y un experto en discapacidad.
Guido Stein, profesor de Dirección de Personas en las Organizaciones de IESE, está de acuerdo con Núñez en el falso dilema entre profesionales técnicos y políticos: «Jamás un buen empresario ha sido un buen político. Los tecnócratas no son los que van a traer la tranquilidad social y política, eso lo tienen que hacer los líderes políticos». Stein recurre al caso de los famosos tecnócratas del franquismo: «Ellos permitieron la modernización de la economía, pero no hubieran traído nunca la democracia».
Saber integrar
Para el profesor del IESE, el liderazgo idóneo «es aquel que consigue integrar las diferentes lógicas que se dan en una crisis: la lógica política, la lógica económica y la lógica más emocional o social». En su opinión, «es fundamental comunicar con el propio comportamiento, más allá de las palabras. Decirle a alguien ‘tienes que estar tranquilo’ nunca ha tranquilizado a nadie. La fiabilidad ha de transmitirse de otra manera. Creo que si esta crisis se hubiera producido con Felipe González o José María Aznar, tal vez no habría tanto nerviosismo. El Gobierno actual necesita todavía llegar a una mayoría de edad política, que permita combinar la audacia con la sensatez, pero sensatez no es sinónimo de cobardía».
Stein se refiere con esto último a la necesidad de «arriesgarse un poquito» y facilitar la reactivación de la actividad empresarial, algo con lo que también está de acuerdo Antonio Núñez: «Una reanudación económica tardía podría provocar otra crisis que en última instancia sería también otra crisis de salud». Guido Stein añade: «No tiene ningún sentido curar al perro dejando morir al perro. Hasta ahora, digamos que la prioridad de la crisis era conseguir respiradores para los enfermos. Ahora hay que pensar en mantener los respiradores económicos. Es evidente que una parte de nuestro trabajo se puede hacer telemáticamente, eso lo hemos comprobado estos días, pero es imprescindible también ver físicamente a clientes y socios».
Concluye Núñez, que en 2014 publicó el libro España S.L: «Un buen líder debe dar esperanza. Gestionar España no es muy diferente de gestionar una gran empresa. Ahora hay que pensar en diseñar un plan para los próximos cinco o diez años».
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