El egocentrismo, la tentación del consejero independiente

 18 junio, 2019
Escrito por Antonio Núñez

“En el mundo de los consejeros independientes de las empresas cotizadas, sobre todo las del Ibex, hay un poco de impostura. Tienden a ser personajes famosos, como los futbolistas que venden muchas camisetas. Pero en el mundo real, no todas las compañías tienen que ser como el Madrid o el Barça”. Este es el diagnóstico de José Ignacio Jiménez, socio director de la firma cazatalentos Talengo, sobre uno de los aspectos más polémicos del mundo de la alta dirección: el papel de los consejeros independientes.

Según Jiménez, en la mayoría de empresas que existen en España, que son las pymes y las familiares, “no sirven para nada esos directivos estrella que están acostumbrados a mandar y ser protagonistas”. “Para empezar, ningún ejecutivo al que le guste mandar es un buen ejecutivo, y eso también se aplica a los consejeros”, asegura el experto, que advierte de que el mayor peligro de estos perfiles es que su afán de protagonismo puede quebrar la paz social del consejo de administración, “lo que en última instancia provoca que la empresa pierda el rumbo”. “Una cosa es aportar valor a través de conocimiento sectorial, de negocio, de gobernanza, de riesgos, etc. y otra distinta es desestabilizar un consejo a través de una personalidad conflictiva y egocéntrica que quiera imponer su criterio a toda costa”, remarca Jiménez.

Antonio Núñez, socio director de Parangon Partners, coincide en que la figura del “consejero florero” está decayendo, y que las empresas “cada vez más buscan profesionales que aporten al desarrollo de la empresa”. Según Núñez, las compañías necesitan independientes con estas características: que tengan un perfil ejecutivo, con experiencia en gestión de organizaciones; que dediquen tiempo a la empresa y conozcan a fondo el sector y su estrategia de negocio; que sepan trabajar en equipo, dado que el consejo de administración es a fin de cuentas un equipo de personas, y que apuesten por la innovación. “Actualmente sólo el 2% de los consejeros de empresas no tecnológicas tienen un perfil innovador”, advierte Núñez.

En teoría, el principal cometido de un consejero independiente o externo es velar por los intereses de los accionistas minoritarios, y para ello lo que más se valora son las llamadas habilidades duras como la experiencia en el sector, en tareas de gobierno corporativo o en asuntos de reputación. Sin embargo, para su otra gran misión, que es generar estabilidad en el consejo de administración, se necesita “algo tan sencillo como el encaje personal y las competencias blandas”, indica Jiménez. Algunas de éstas son la inteligencia emocional, la empatía, la intuición, gestión del tiempo, la capacidad de reflexión… “No se puede dejar la inteligencia emocional fuera de un órgano tan importante como es el consejo de administración. Es más, debería ser el órgano más emocionalmente estable de una empresa”, afirma el responsable de Talengo.

Endogamia

Una de las razones por las que escasean los consejeros con habilidades blandas, según los expertos, es que el banquillo de consejeros independientes en el mercado “es un entorno panelado y endogámico donde parece que las mismas personas están siempre para las mismas posiciones”. En este sentido, abundan los ex políticos (ministros y presidentes) y directivos de las principales compañías del país.

Lo cierto es que, en líneas generales, existe una carencia de directivos y consejeros con buena formación en el pensamiento emocional y creativo. Según un reciente estudio de Accenture, el 65% de los propios ejecutivos afirma que las facultades que tienen menos desarrolladas son las del lado derecho del cerebro (el emocional), y apenas el 8% confirma que en sus empresas se está aplicando un enfoque de liderazgo basado en ambos hemisferios. Ante este escenario, el 82% de los directivos internacionales admite que está pensando, para los próximos tres años, en adquirir nuevas competencias (enfoque de ambos lados del cerebro) para adaptarse a los retos que plantea un entorno empresarial caracterizado por la cercanía entre empresa y clientes y el creciente poder de éstos gracias a las herramientas digitales.